SOBRE LA RESPONSABILIDAD
Sin responsabilidad resulta imposible tomar las riendas de nuestra vida y, de hecho, constituye la falta de ella uno de los mayores obstáculos para llegar a dueños y señores de lo que pensamos, hacemos y decimos. Obviamente, muchos de nuestros pensamientos, acciones y palabras se escapan a nuestro control porque se dan de forma mecánica e inconsciente. Pero, aunque en muchas ocasiones se nos «cuelan» algunos juicios, palabras y acciones que no hemos decidido por nosotros mismos, esto no significa que no seamos libres, ya que podemos hacernos conscientes, en mayor o menor medida, de lo que nos determina y adoptar una actitud hacia ello.
LA TERAPIA FILOSÓFICA COMO CUIDADO DE SÍ
Ocuparse de uno mismo es un tema muy antiguo en la cultura griega[1], una conminación que encontramos en muchas doctrinas filosóficas: Apuleyo, Epicuro, Marco Aurelio, Séneca…, siendo en Epicteto donde se señala, sin duda, la más alta elaboración filosófica de este tema, al definir, en las Conversaciones, al ser humano como el ser que ha sido confiado al cuidado de sí[2]. El cuidado de sí, para Epicteto, es un privilegio-deber, un don-obligación que nos asegura la libertad[3], de modo que aprender a vivir es una invitación a transformar la existencia en un ejercicio permanente[4].